Fotógrafo de moda y gran retratista capaz de plasmar rasgos inesperados en los rostros de sus personajes. Comenzó su carrera profesional en los años 1950 realizando espléndidos trabajos de moda para revistas de prestigio.
Avedon nació en la ciudad de Nueva York en una familia judía. Era el único hijo de Jacob Israel Avedon, un inmigrante nacido en Rusia que tenía una tienda de ropa en Quinta Avenida. Su madre era Anna, que pertenecía a una familia propietaria de una empresa de manufactura textil. Él acudió al colegio DeWitt Clinton en el Bronx, donde colaboró en el periódico escolar The Magpie con el escritor James Baldwin desde 1937 a 1940. Después de asistir durante un tiempo en la Universidad de Columbia, comenzó su carrera como fotógrafo, trabajando para la Marina Mercante en 1942, tomando fotografías identificativas de los miembros de las tripulaciones. Estas fotografías las realizó con una cámara Rolleiflex que le había dado su padre como regalo de despedida. De 1944 a 1950, estudió con Alexey Brodovitch en su laboratorio en la New School for Social Research.
Reputado fotógrafo de moda y gran retratista, comenzó su carrera profesional en los años 1950 realizando espléndidos trabajos de moda para revistas de prestigio. Sin duda alguna, fue el gran fotógrafo de la moda durante los años 1960 y 70. En sus trabajos consiguió elevar la fotografía al rango de lo artístico, al conseguir acabar con el mito de que los modelos debían proyectar indiferencia o sumisión. Por el contrario, en sus fotografías los modelos eran personajes libres y creativos en sus gestos dentro de escenarios dinámicos y bajo esquemas compositivos previamente decididos.
Fotógrafo capaz de plasmar rasgos profundamente psicológicos. Recorrió durante cinco años el oeste de EEUU donde documentó a personas que nunca escribirían la historia de su país
En los años 1960, Avedon se reveló como un artista comprometido con las inquietudes sociales de su tiempo. Durante el año de 1963 fotografió el Movimiento por los Derechos Civiles en el sur de los Estados Unidos, colaborando en los siguientes años con James Baldwin en el libro Nothing personal. A finales de los 1960 y principios de los 1970, Avedon realizó reportajes sobre líderes militares y víctimas en la Guerra de Vietnam y manifestaciones anti-guerra en los Estados Unidos para el diario New York Times. En la Navidad de 1989-1990 viajó a Alemania para documentar una ciudad dividida en dos mundos diferentes la noche en que caía el Muro de Berlín.
Sus retratos, aparentemente sencillos pero profundamente psicológicos, de personalidades famosas y desconocidas posando frente a un inmaculado fondo blanco, muestran a un cuidadoso fotógrafo capaz de plasmar en papel fotográfico rasgos inesperados de los rostros de personajes de la envergadura de Truman Capote, Henry Miller, Humphrey Bogart o Marilyn Monroe, entre muchos otros.
En el año 1979 comenzó el que habría de convertirse en uno de sus trabajos más importantes. Por encargo del Museo Amon Carter, de Fort Worth, Texas, Avedon dedicó cinco años a recorrer el oeste de los Estados Unidos para documentar a las personas que nunca escribirían la historia de su país. En esta obra, titulada In the American West, nos presenta a granjeros, mineros, vagabundos, prostitutas, amas de casa, presos, vaqueros de rodeo o empleados de pequeñas oficinas, en fotografías de gran formato tomadas con luz de día, al aire libre y como siempre, ante un fondo blanco. Al término del proyecto, Avedon había recorrido un total de ciento ochenta y nueve poblaciones en diecisiete estados; había fotografiado a más de setecientas cincuenta personas utilizando alrededor de diecisiete mil placas de película. De ésta colección, escogió ciento veintitres retratos que conformarían la serie In the American West 1979 – 1984.
En los años 60, Avedon se reveló como un artista comprometido con las inquietudes sociales de su tiempo.
Además del gran formato utilizado para sus fotografías de moda o retratos, desarrolló una obra en paralelo, utilizando el paso universal, que refleja sus vivencias más personales, como viajes o recuerdos familiares. Algo muy profundo subyace a lo largo de toda la obra de Avedon y, sin embargo, no siempre se ha acertado a concretar en los trabajos realizados en torno a su figura. Es una preocupación sincera, pero a veces elegantemente obsesiva.
El tiempo, la vejez y sus tensiones, resulta ser el motivo fundamental en la obra de Avedon. Vemos en su arte cómo nos habla directamente del paso del tiempo y su influencia en el ser humano, y, cómo no, del camino hacia la muerte. Son esos retratos descontextualizados que aparecen ante la cámara sin maquillaje, fatigados o tristes, tal y como se encontraban en ese momento, los que claramente denotan esta inquietud.
El final de su libro Portraits (1976), por ejemplo, culmina de forma tremenda pero magistralmente tratada con una serie de siete fotografías de su padre envejeciendo gradualmente hasta que parece haberse integrado en la luz que le rodea. El 25 de septiembre de 2004, Avedon sufrió una hemorragia cerebral en San Antonio, Texas, mientras se encontraba en una sesión fotográfica para un proyecto encargado por la revista The New Yorker, el cual se titulaba «On democracy», y se enfocaba en el proceso electoral del 2004 en los Estados Unidos; se trataba de retratos de candidatos, delegados de las convenciones nacionales, entre otros involucrados en el tema. Murió en la misma ciudad el 1 de octubre de ese año a consecuencia de las complicaciones médicas.